Miguel, Gabriel y Rafael: los mensajeros de Dios

Miguel, Gabriel y Rafael: los mensajeros de Dios

 

 

Jesús Christopher López Falcón

Etapa de Discipulado

 

Cada 29 de septiembre nos alegramos como Iglesia al celebrar la Solemnidad de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, una fiesta entrañable dentro del calendario litúrgico que ciertamente es bastante reciente. Anterior a la reforma litúrgica emanada del Concilio Vaticano II, cada uno de los tres arcángeles eran conmemorados en diversa fecha e incluso existía otra festividad dedicada a San Miguel en recuerdo de una de sus apariciones en el monte Gargano, en Italia. Fue hasta después de 1964 que se pensó en unificar estas fiestas en una sola con el propósito de que el pueblo cristiano contemplara la Bondad de Dios manifestada en sus santos ángeles en un solo día.

Dejando a un lado estas curiosidades litúrgicas, definamos la palabra «Arcángel», ya que en su significado nos dice en sí la Misión divina a ellos confiada. La palabra «ángel» proviene del griego y significa «mensajero», mientras que el prefijo «arc» denota supremacía. De esta manera, la palabra «arcángel» puede traducirse como el «mensajero jefe o principal», son seres puramente espirituales que no poseen un cuerpo como el tuyo o el mío. Ya en las Sagradas Escrituras aparecen sus nombres: Miguel, que en hebreo significa «¡Quién como Dios!», nombre que evoca la Magnificencia, Bondad y Justicia del Señor, él es quien está al mando de la milicia celestial, siendo quizá el arcángel más famoso de los tres; Gabriel quiere decir «Fortaleza de Dios», su misión es llevar al hombre las noticias más trascendentales, aquellas que darán un giro radical a su existencia (como sucedió aquella mañana en Nazaret, cuando saludo a María); mientras que el nombre Rafael significa «Dios ha obrado salud», es el arcángel peregrino, amigo de los viajeros y sabio galeno que utiliza su sapiencia para procurar la salud a los enfermos.

Y es verdaderamente importante tener presente en nuestra vida cristiana la presencia de estos santos, ya lo decía el Papa Francisco en 2017: «… celebramos el día de tres de estos arcángeles porque han tenido un papel importante en la historia de la Salvación. Y conmemoramos a estos tres porque también tienen un papel importante en nuestro camino hacia la Salvación». Cierto es que los ángeles son muy importantes en la vida eclesial, pero no debemos olvidar que son creación de Dios, por lo que no se les puede igualar o rendir adoración como lo hacemos a Él. Tristemente en la actualidad se habla mucho de ellos, se encuentran libros de todo tipo, se escuchan en la radio y televisión y hasta se ha tenido el descaro de ciertas personas de tacharse de «angelólogos» que comunican a los hombres con estos seres espirituales y hasta se dan el lujo de añadir arcángeles a la lista canónica, cosa que no encontramos en las Sagradas Escrituras y mucho menos en la Tradición cristiana, sino que provienen de diversas tradiciones ajenas.

Hay que tener cuidado, pues podemos darles a estos seres espirituales atributos que no les corresponden y elevarlos a calidad de amuletos, seres mágicos o crear confusión entre lo que verdaderamente la Iglesia nos enseña de ellos y lo que las corrientes «New Age» (que de cristianas no tienen nada) difunden. Otro grave peligro que corremos en la actualidad es olvidarnos de la existencia de estos amigos e intercesores celestes, ya sea por el ajetreo de la vida o simplemente porque no podemos verlos, este olvido puede hacernos desaprovechar abundantes gracias que el Señor concede por su intercesión, no olvidemos que el Creador nos ha puesto a los ángeles para que nos guarden en nuestros caminos y para que constantemente nos portemos bien delante de su presencia.

Celebremos la fiesta de los santos Miguel, Gabriel y Rafael con singular alegría, recordemos que son grandes intercesores ante el Trono de Dios y no dejemos de invocarles, especialmente con aquella bella oración compuesta por Su Santidad León XIII que reza así: «San Miguel arcángel, defiéndenos en la batalla…», que dolorosamente está cayendo en el olvido pero que debemos rescatar como poderoso auxilio contra las acechanzas del Enemigo infernal.


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