Santa María Magdalena, apóstola de los apóstoles
Fernando Barra Hernández
Etapa de Configuración
Querido lector, quiero compartir contigo un poco sobre santa María Magdalena. Sin duda alguna su persona es muy controvertida. Algunas veces se le relaciona con la mujer que Jesús salvó de ser apedreada (Jn 8, 3-11), con la pecadora arrepentida (Lc 7, 36-50) o con la hermana de Marta y Lázaro; y no cabe duda de que tiene un papel entrañable en la comunidad de los seguidores de Jesús.
Después de la Virgen María es la mujer más nombrada en los evangelios. Se le menciona en 12 ocasiones (Cfr. J. García, El proyecto Magdala, p. 184). Es nombrada cuando Cristo expulsó de ella siete demonios y cuando, junto con otras mujeres, servía a Jesús con sus bienes (Cfr. Lc 8, 2); fue fiel a su maestro y estuvo con la Virgen y san Juan al pie de la cruz. Además, en la mañana de Pascua, fue encomendada por Nuestro Señor para anunciar su resurrección: “Ve a mis hermanos y diles: subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios” (Jn 20, 17). Seguramente estuvo presente el día de Pentecostés: “Perseveraban en la oración, en compañía de algunas mujeres” (Hch 1, 14). Y continuó anunciando a Cristo resucitado. Según tradiciones, murió en Francia o Éfeso.
¿Tú quién eres después de encontrarte con Cristo? Esta santa nos enseña que, sin importar tu pasado, un encuentro con Jesús cambia tu vida. ¡Imagínense la mañana de la resurrección! Va al sepulcro para terminar la unción del cuerpo de Jesús y, al no encontrarlo, corre a decir que la tumba está vacía; y tanto amaba al maestro que se regresa al sepulcro. Es un ejemplo para todos los cristianos de un gran amor a Cristo y de perseverancia en la búsqueda incesante del Señor. Ella nos recuerda que después de pasar la noche oscura, de la desolación y soledad, en el momento del encuentro con Cristo, el dolor se convierte en gozo, como escribe san Juan de la Cruz en la Noche oscura: ¡Oh noche que guiaste! ¡Oh noche amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste, Amado con amada, amada en el Amado transformada!
Cristo, Buen Pastor, llama a sus ovejas por su nombre y ellas lo reconocen (Jn 10, 3). María reconoce la voz de su maestro y, por el amor y perseverancia, el Señor la premia como apóstol. No retuvo su anuncio y con alegría comunica el gozo de la resurrección de Cristo, pilar de nuestra fe; por esto es llamada como “la apóstola de los apóstoles”, ya que al igual que ellos anunció a Cristo vivo.
Este 22 de julio que celebramos su fiesta pidámosle que interceda por nosotros, que nos ayude a ser fieles y constantes en el seguimiento de Cristo, y a amarle intensamente. Santa María Magdalena, apóstola de los apóstoles, ruega por nosotros.