San José, maestro de virtudes

San José, maestro de virtudes

 

 

Sem. Fernando Barra Hernández

1º de Configuración

 

 

Querido lector, quiero compartir contigo esta reflexión en torno al gran modelo de fe que es San José. Este gran santo es para todos los cristianos un ejemplo a seguir, pues por su fe, igual que la de Abraham, ha mostrado que para el creyente no basta creer en Dios; es indispensable creerle a Dios. San José no tuvo visiones o revelaciones particulares, Dios le manifestó por medio de sueños cuál era su voluntad, por esto es que la Iglesia admira la simplicidad y profundidad de su fe.

El evangelio lo describe como un varón Justo (Mt 1,19) porque vive la ley de Dios con amor, él escuchó y nos invita a nosotros a escuchar la Palabra de Dios para ponerla en práctica en nuestra vida. (Cfr. Lc 11, 28), custodió con gran amor a su familia y se adhirió al plan de Dios, aunque esto le costara migraciones y angustias, pero siempre se sostuvo en la esperanza y certeza de que el Señor es fiel.

El ser justo es estar perfectamente unido a la voluntad divina, confiando incluso en la adversidad y el miedo; por eso ten presente su ejemplo cuando llegue a invadirte la desesperación o la angustia, la enfermedad o la soledad; pensemos que Dios es siempre fiel en sus promesas, que como Padre amoroso no nos descuida; al contrario, en esos momentos de abandono, Él está ahí para decirnos “No temas” (Mt 1,20).

Por eso, querido lector, te invito a que tengas un especial cariño a este santo; imagina cuantas cosas nos puede enseñar él, que vivió en torno a Jesús y María. En primer lugar, nos enseñaría a ser pacientes con nosotros mismos, a reconocer con humildad nuestras limitaciones y a perfeccionar nuestras virtudes y cualidades. Tan solo pensemos en que este santo enseñó a trabajar y orar al Hijo de Dios. En segundo lugar, nos enseñaría a amar; él se entregó por completo a su prójimo, amó tan intensamente a Dios y a su prójimo que no tuvo miedo de dejar la patria con tal de cuidar a su Hijo. Y, en tercer lugar, nos enseñaría a orar; cuantos momentos de intimidad familiar paso con Cristo y la Virgen, supo hacer de su vida una oración agradable a Dios; por eso me atrevo a decir que es un modelo para todos los santos, pues amó intensamente al Mesías y a su Madre.

San José es una escuela de virtudes humanas y espirituales, escribe santa Teresa de Jesús en su autobiografía: “Siempre he visto que aquellos que lo honran de manera especial progresan grandemente en la virtud”, por eso, querido lector, te invito a que acudas a este santo que es amigo, hermano y padre, para que su intercesión ante Nuestro Señor te llene de las gracias y virtudes necesarias para vivir con alegría y plenitud el ser hijos de Dios.


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