¡Virgen de Lourdes, intercede por nosotros!

¡Virgen de Lourdes, intercede por nosotros!

Sem. Kevin David Franco Posadas

3º de Configuración

La presencia maternal de la santísima Virgen María siempre ha cautivado y embelesado el corazón de los cristianos. Ello se debe a que Ella es sumamente cercana a nosotros y está siempre en favor de nuestras necesidades y dolencias. Escasos son los relatos bíblicos en los que aparece María, mas, en cada uno de ellos, descubrimos la ternura y la compasión de su maternidad, así como la fuerza y el vigor de su fe que nos impulsa en nuestra vida cristiana.

En efecto, muchas son las historias de fe en las que la Celestial Princesa intercede en una circunstancia particular. Por esta razón es que encontramos una gran cantidad de advocaciones marianas, pues, aunque es la misma Virgen María la que actúa en favor de sus fieles, la profunda devoción del pueblo hace suya la intervención de María en su historia.

Una de las advocaciones marianas es la de Lourdes, cuya fiesta es celebrada el 11 de febrero. La devoción a la Virgen de Lourdes hunde sus raíces en las apariciones que acaecieron en 1858 a un niña llamada Bernardita Soubirous, quien era devota de la Virgen y del rezo del santo Rosario. A esta pequeña se le apareció Nuestra Señora en la gruta de Massabielle para ratificar el dogma de la Inmaculada Concepción (el cual se había declarado apenas cuatro años antes, en 1854), para enaltecer las virtudes de la pobreza y la humildad, así como para recordarnos que lo más importante es la vida que nos espera en el cielo y, por ello, debemos orar, hacer penitencia y, por su puesto, rezar el santo Rosario.

Sin duda, ¡cuánto nos falta por meditar y traducir en acciones el mensaje de la Dulce Señora de Lourdes! No obstante, en Ella seguimos posando nuestra mirada, singularmente, en estos tiempos tan desafiantes e incomprensibles. Aprovechemos, pues, esta fiesta de la Virgen de Lourdes para implorarle que interceda por nosotros para que construyamos, mediante la oración y la penitencia, nuestra morada en el cielo. Supliquémosle a la Celestial Princesa que abrigue con su manto a todos los enfermos, especialmente a los que han contraído la COVID-19, y que, por su maternal intercesión, seamos librados de esta pandemia.


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